Ser el Ser

«Hay una dimensión de conciencia mucho más profunda que el pensamiento. Es la esencia misma de tu ser. Podemos llamarla Presencia, Alerta, Conciencia incondicional.
Dices: «Yo quiero conocerme a mí mismo». Tú eres el Conocimiento. Tú eres la conciencia por la que todo es conocido. Y eso no puede conocerse a sí mismo; eso es sí mismo» (Eckhart Tolle)

Para Ser en/con Arte en/con la Naturaleza… para Ser Naturaleza

«En los bosques el hombre se desprende de los años, como la serpiente de la piel mudada y, en cualquier periodo de su vida, es siempre un niño. En los bosques es un joven perpetuo (…) Sobre la tierra desnuda, con la cabeza bañada por su aire bendito y erguida en el espacio infinito, se desvanece todo egoísmo mezquino. Me convierto en una pupila transparente; no soy nada, lo veo todo» (H. Thoreau, Walden)

Danza Vivencial, Música, Chi Kung, Bioenergética, Paseos Naturales, Viajes interiores a través de Visualizaciones guiadas, Meditación en Movimiento y en Quietud para la auto-experiencia.
La entrega al movimiento revelador en el Misterio. Tiyoweh, la Quietud de la mente y la Contemplación de lo Trascendente. Un Viaje de viajes -en calma y en movimiento natural- para la Visión Interior. Actividad al aire libre.

«Siente la energía de tu cuerpo interno. El ruido mental se serena y cesa inmediatamente. Siéntela en tus manos, en tus pies, en tu abdomen, en tu pecho. Siente la vida que eres, la vida que anima tu cuerpo» (Eckhart Tolle)

Un espacio para el silencio y la contemplación, donde moverse y meditar en cuerpo y alma… Una experiencia de nutrición, para los tiempos que vivimos, en la que respirar aire puro y horizontes sin límites en un paraje virgen, silencioso y mágico, con la salud de los bosques y la energía de las cumbres.

Algunas actividades brindan la posibilidad de descargarse de la erosión que ser uno mismo puede haber provocado, ofreciendo un tiempo de reposo, de sosiego, de vacío de sí (…), recobrar el aliento y quizás, regenerar sus ganas de vivir por medio de un retiro cotidiano o un largo paréntesis para sí; en última instancia encontrarse a sí mismo. La desaparición de los límites ligados a la identidad se hace entonces de modo propicio.
La escritura, la creación de manera general, caminar, el viaje, la meditación, etc son algunos de los refugios de contornos menos afilados. Son lugares en los que nadie tiene que rendir cuenta, en los que se accede a una suspensión feliz y gozosa, desvíos que llevan a uno mismo después de unos días o quizás aún más tiempo. Medios deliberados de reencontrar la vitalidad, la interioridad, las ganas de vivir. (David Le Breton)