Dionisos (múltiple, de muchos atributos, dios de la danza, protector del teatro…) es vida, voluntad, humano animal, masculino femenino, apertura, fuerza de la tierra, música teatro danza, desenfreno y conciencia, oda que atraviesa y trasciende el sufrimiento, prodigalidad, regeneración y celebración.

Este experiencia está enfocada en la liberación del impulso espontáneo… un viaje revitalizador por el gozo de Ser como cada quien es, a través del Cuerpo, la Comunidad y el Arte.

TEMÁTICA:

Este laboratorio pertenece al Ciclo inspirado en la Cultura Mítica «En Concilio (El Olimpo de los Humanos)». Un proceso formativo (a través del aprendizaje experiencial) que puede realizarse en su conjunto o segmentado (cada módulo es un taller monográfico completo en sí mismo) y que recupera culturalmente la riqueza del humanismo griego (cuna de nuestra civilización) a semejanza con nuestro particular politeísmo interior.

Se trata de un ciclo desbordante de hondura e inspiración, donde redescubrir y ahondar en el lenguaje simbólico del Mito como reflejo de lo humano, en la búsqueda (o actualización) de la naturaleza personal.

Cada módulo es único en su desarrollo por las cualidades concretas y arquetípicas del mito en que se centra, reflejo de realidades esenciales sobre la constitución de nuestra existencia humana y universal.

Dionisos parte de la entrega, del permiso a saborear y amar cada momento, del éxtasis auto creador. Invita a la danza de la superación, a la embriaguez vitalista (como exaltaba Baudelaire: “¿Ebrios de qué?… ¡de vino, de poesía, de virtud!, como os parezca…”) reclamando una actitud de entusiasmo, espontaneidad, liberación y transmutación. Va siempre de la mano de la neutralidad, el análisis auto observador y la claridad desapegada que subyacen en el concepto apolíneo. Apolo y Dionisos, como hermanos que comparten un mismo templo, ayudan a reunificar nuestra existencia (a menudo dividida en su dualidad) mediando entre esferas que parecieran contraponerse. Libertad de ser “sí mismo”, libertad para vivir la tragedia exuberante dionisíacamente y libertad apolínea, no dependiente de los deseos instintivos.

OBJETIVOS:

• Recuperar el “espíritu dionisíaco” confiando en el devenir de la auto-experiencia, desde una cultura de gozo en lo cotidiano, a través del impulso de una danza libre, la música motivadora, el recontacto, la inspiración…
• Dejarse cabalgar por la gran vida”, por el instinto original, por el retorno a la alegría del ser espontáneo en que nacimos.
• Integración frente a escisión. Permiso a la renovación incesante, a soltar prejuicios.
• Atreverse a ser más genuinos, completos, fértiles y libres… desapegándose de hábitos, prejuicios o ideas preconcebidas. El poder del Arte nos ayuda a entrar en otros estados de conciencia, trenzando lo íntimo con la fuerza inspiradora de la bacanal comunitaria.
• La experimentación de la danza orgánica y el teatro del cuerpo como vías de expresión genuina y ritual armonizador de vida.

METODOLOGÍA:

La Danza Vivencial (como la propia vida, en la que “todo danza”) es el método aglutinador de la experiencia hilando técnicas de danza libre, extática, sensorial y meditativa, estiramientos, movimiento auténtico, técnicas de visualización, masajes activadores, trances en acción y en quietud, herramientas arte-terapéuticas y espacios de análisis que invitan al crecimiento de la conciencia personal y social.

“Todo está dentro de ti, el oro y el barro, el deleite y la pena, la risa infantil y la angustia moral. ¡Acéptalo todo, no te aflijas por nada, no intentes rehuir nada!” (Hermann Hesse)

 “Amo la libertad y el aire sobre la tierra fresca; prefiero dormir sobre pieles de buey que sobre sus dignidades y respetabilidades.
Soy demasiado ardiente y estoy demasiado quemado por pensamientos propios: a menudo me quedo sin aliento. Entonces tengo que salir al aire libre y alejarme de los cuartos llenos de polvo”
“Sólo en el baile sé yo decir el símbolo de las cosas supremas”
“No creo en un dios que no sepa bailar”
(Así habló Zaratustra, Nietzsche)

 “Los mitos son productos espontáneos de la psique y cada uno lleva dentro de sí, intacta, la fuerza germinal de su fuente (…) Es la entrada secreta por la cual las inagotables energías del cosmos se vierten en las manifestaciones culturales humanas”(Joseph Campbell)

 “La esencia de la naturaleza debe expresarse simbólicamente; es necesario un nuevo mundo de símbolos (por lo pronto el simbolismo corporal entero)… El  griego no ve en la danza un simple  gesto, sino la forma más expresiva de decir «sí» a la vida”.
Mediante la danza es la vida la que penetra en el cuerpo, provocando un estado de exaltación en el que el sujeto ya no es más artista, sino ”una obra de arte”
(“Música y danza: expresión estética de la alegría dionisíaca”, Luis Enrique de Santiago, desde el marco de Nietzsche)

«La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con que jugaba cuando era niño» (Nietzsche)